El progreso tecnológico cambió para siempre la práctica médica. Sin embargo, en medio de pantallas, algoritmos y cirugías asistidas por inteligencia artificial, la esencia sigue siendo la misma: el vínculo entre el médico y el paciente. Esa es la filosofía que guía al Dr. Martín Perea, director médico del Sanatorio Modelo, una institución con más de ocho décadas de trayectoria en Tucumán. Durante su participación en “Encuentros LA GACETA”, dentro del ciclo “Sentirnos bien”, Perea repasó la historia de la entidad y analizó los desafíos que impone una medicina cada vez más digital, sin perder la mirada humana que la originó.

“El Sanatorio Modelo fue fundado por el cuerpo médico más representativo de los años 40”, recordó. “La casa del doctor Pedro Cossio fue el primer edificio y la idea era ofrecer una alternativa privada a lo que hacíamos en el hospital público. Desde entonces, lo que se transmitió de generación en generación fueron los valores humanos y el cuidado de la persona como individuo”, aseguró Perea.

Aquella visión de los fundadores -una medicina cercana, integral y con vocación de servicio- se mantiene hasta hoy. “Lo que distingue al Sanatorio Modelo es la atención individualizada”, explicó Perea. “Somos un sanatorio relativamente chico, y eso permite que el personal conozca a los pacientes, sus historias, sus miedos. Esa cercanía genera confianza, y la confianza cura tanto como la técnica”, agregó.

Con el paso de las décadas, la institución creció hasta convertirse en un referente regional. Actualmente cuenta con tres grandes áreas: quirúrgica, con especial fortaleza en cirugía abdominal, cardiovascular, neurocirugía y trasplante renal; clínica, con terapia intensiva y unidad coronaria de alta complejidad; y gineco-obstetricia, con una neonatología reconocida y un volumen de nacimientos que la ubica entre las más activas del sector privado. “Nuestros equipos médicos se formaron en centros de referencia dentro y fuera del país, y eso nos permite mantenernos a la vanguardia”, subrayó.

Tecnología, precisión y confianza

El avance de la tecnología médica plantea nuevas preguntas. Para Perea, la clave está en usarla como herramienta, no como sustituto. “La inteligencia artificial ya se utiliza dentro del marco permitido, especialmente en áreas críticas. Nos ayuda a revisar textos extensos, marcar posibles errores o sugerir diagnósticos, pero la decisión final sigue siendo del médico. La máquina no reemplaza la sensibilidad humana”.

El sanatorio también apuesta por la telemedicina, que permite que especialistas de distintas partes del mundo analicen estudios o imágenes con la misma precisión que si estuvieran en Tucumán. “En todas las áreas donde no sea necesario el contacto físico, la telemedicina amplía nuestras posibilidades”, explicó Perea.

En 2025, el Sanatorio Modelo alcanzó el tercer puesto nacional en volumen de trasplantes renales, según el INCUCAI. “El trasplante es una práctica de altísima complejidad, que requiere un equipo clínico y quirúrgico especializado y un seguimiento permanente. Por eso, la formación y la confianza son pilares inseparables de nuestro trabajo”.

Modernizar sin perder el alma

El médico, formado en la Fundación Favaloro, adelantó que la institución está en pleno proceso de modernización. “Se vienen grandes cambios: nuevas estrategias quirúrgicas, instrumentales más pequeños, operaciones a distancia. Pero lo más importante sigue siendo lo mismo: la relación con el paciente y la confianza en el médico. Si el paciente no confía, todo lo demás pierde sentido”.

Con una entrada renovada, equipamiento de última generación y un cuerpo médico altamente capacitado, el Sanatorio Modelo combina tradición y futuro. “La medicina avanza a una velocidad enorme, pero el desafío sigue siendo el de siempre: mirar a la persona, escucharla y acompañarla. La tecnología puede mejorar los resultados, pero solo la empatía puede sanar”, concluyó.